No somos nadie.

Mi padre, cuando veía en la televisión a un bailarín negro, solía decir: "Los negros llevan la música en la sangre". Lo afirmaba con tanta pasión que parecía que hablaba de nosotros, de manera que llegué a pensar que éramos una familia de negros un poco desvaídos. Aquella frase, la verdad, me parecía tan rotunda como la de mi madre acerca del café. Crecí con la idea de que el colmo de la personalidad consistía en reunir las dos condiciones: ser cafetero y negro al mismo tiempo.
Transcurrieron los años y mis padres alquilaron una casa con goteras -un desastre- en la sierra de Madrid para pasar el mes de agosto, continuábamos siendo muy cafeteros y los negros seguían llevando la música en la sangre. Pero mi horizonte se amplió con una nueva frase, utilizada de manera indistinta por mi padre y mi madre, para transmitir a las visitas las excelencias de aquel lugar: "Aquí, a media tarde, te tienes que poner una rebeca en pleno mes de agosto". O sea, que además de ser negros y cafeteros, ahora vivíamos en un lugar donde había que ponerse una rebeca a media tarde. Estábamos, en fin, llenos de atributos. Los padres de algunos de mis compañeros veraneaban junto al mar en casas de verdad y poseían coches excelentes, pero yo los miraba por encima del hombro, porque no eran negros, ni cafeteros, ni se tenían que poner una rebeca a media tarde. Con los años, además de volverme blanco, tuve que dejar el café, porque me hacía daño. Sólo conservaba la rebeca, pero se la di a un pobre el otro día. O sea, que me he quedado en nada. La frase que más uso ahora también es muy original: No somos nadie.
J.J. Millás.
8 comentarios
galadriel -
xavier -
galadriel -
xavier -
galadriel -
xavier -
xavier -
Y si... la maraña de madreselva es lo que piensas...
besos!
galadriel -